viernes, 15 de octubre de 2010

Casual Wear

Mi amiga Anna me manda este poema de Vinyoli, que no está en la antología a la que me refería hace unos días. La traducción es de mi amigo Juan, a quien se la pido a botepronto, y quien tiene la elegancia de mandármela con el caveat de que traducir de la lengua en que uno vive a la lengua en que uno mora (en sus palabras, “moro”: en catalán sospecho que conjuga el verbo morir) no es nada fácil. Seguramente traduciríamos mejor de lenguas que no frecuentásemos, ni vivos ni muertos.
         Se titula “Brindis”:

Son pocas las palabras
para contar la vida.
La mano del tiempo
estrechémosla, pero
sin jamás retenerla.
Sean los gestos contenidos.
Tan sólo posar la mano
menesterosa con urgencia quieta
sobre un hombro un instante.
Entonces el agua se detiene.

De pronto es como si otra vez todo pasara a través de Barcelona. Ya lo dice Dylan en “Boots of Spanish Leather”. (Descubrimiento dylaniano del día, en mi progresiva desdylanización: el productor de su unplugged se llama Milton Lage. Garantizo desde aquí que no es familia, a menos que lo sea, y mi familia no lo sepa.) Pasa todo de golpe por Barcelona tan lejana y, si bien se piensa, a la vuelta de la esquina, mirando al mar, a la izquierda.
         Este pasado fin de semana se han debido de caer muchos plátanos en Barcelona, más los que habrá que talar. Y sellos por encontrar en un piso del Ensanche, a la esquerra. E indumentaria casual que ponerse cuando llueve. Mi hijo pequeño, que estaba cerca, me cuenta que en la playa del Trabucador el martes no había playa, sólo charcos. Been there, done that. Pero no se lo digo. Tal vez un día le llegue el poema de Carles Riba, del Segon llibre d’estances (1930), que nace de dos versos de Hölderlin y que, a su vez, instaura esa línea Hölderlin-Riba-Rilke-Vinyoli. Es otro regalo de Juan, el amigo al que tanto voy debiendo. Lo que dice de los días es propio de estos impares. “Bajo un cielo extraño” no habría sido mal epígrafe para este blog, en el que ahora sí, pronto, se tratarán temas relacionados con la traducción, incluida la traducción de lenguajes genéricos, del masculino al femenino y a la inversa. Y el pasado, sí, es insaciable.

Feliç qui ha viscut dessota un cel estrany,
i la seva pau no es mudava;
i qui d’uns ulls d’amor sotjant la gorga brava
no hi ha vist terrejar l’engany.

I qui els seus dies l’un per la vàlua de l’altre

estima, com les parts iguals
d’un tresor mesurat; i qui no va a l’encalç
del record que fuig per un altre.

Feliç és qui no mira enrera, on el passat,

insaciable que és, ens lleva
fins l’esperança, casta penyora de la treva
que la Mort havia atorgat.

Qui tampoc endavant el seu desig no mena:

que deixa els rems i, ajagut
dins la frèvola barca, de cara als núvols, mut,
s’abandona a una aigua serena.

¿Es casual que los dos poemas terminen casi igual, con el agua detenida y serenada? ¿Se ha dado cuenta Juan? ¿Es casual que el poema que manda Anna vuelva a donde vive Anna y regrese a esta mar detenida? ¿Es casual el tesoro medido en el barranco del mismo nombre?
         No es casual que con ellos tan lejos, tan cerca, yo ahora mismo respire mucho mejor que esta mañana.

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